9 de enero de 2016, SUESA …Y que, hasta que volvamos a encontrarnos, Dios te tenga y nos tenga a todos/as, en la palma de Su Mano

Que los caminos se abran a tu encuentro,
que el sol brille sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos,
que el viento sople siempre a tu espalda.

Que guardes en tu corazón con gratitud
el recuerdo precioso de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ti
y te ayude a llevar la alegría
a los corazones de cuantos amas.

Que tus ojos reflejen un brillo de amistad,
gracioso y generoso como el sol,
que sale entre las nubes
y calienta el mar tranquilo.

Que la fuerza de Dios te mantenga firme,
que los ojos de Dios te miren,
que los oídos de Dios te oigan,
que la Palabra de Dios te hable,
que la mano de Dios te proteja,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
Dios te tenga y nos tenga a todos/as,
en la palma de Su Mano

Bendición irlandesa sacada de la página del Monasterio de Suesa

A raíz de la doble convocatoria realizada desde la Experiencia de María de Betania y del grupo de mujeres, el pasado 9 de enero nos encontramos en el monasterio de Suesa un grupito de 9 personas con la intención de dedicar un día entero al “encuentro en la oración”

Llegamos a las 10:00 de la mañana y tras organizarnos y presentar el material “Como Calasanz volvemos la mirada a María” (recogido en el blog de María de Betania), dedicamos un primer momento a la reflexión y oración personal.

A las 12:30 tuvimos un pequeño encuentro con Isabel y Esther, trinitarias que nos hablaron de la historia del monasterio, de la evolución de su misión , de la actual escuela de oración, la danza contemplativa; nos contaron cómo es un día en el monasterio, cuál es el carisma trinitario y como entienden ellas la oración o TIEMPO PARA SER.

Tuvimos que cortar la amena charla para no retrasar el horario de la comida que compartimos con el grupo de coordinadores de pastoral de La Salle que estaban allí reunidos por una semana.

Por la tarde algunas/os pudimos acercarnos a la playa y allí sentirnos pequeños/as y débiles ante la  fuerza de la naturaleza reflejada en las grandes y veloces olas que casi nos atrapan más de una vez en su ir y venir. También el viento nos  rodeó y llenó de arena poco a poco a veces y con fuertes ráfagas otras. Mientras paseando o admirando el mar, tuvimos un segundo momento de reflexión y oración.

De vuelta al monasterio, cada cual en el rincón escogido, pudo terminar de trabajar personalmente el material planteado mediante la lectura, la observación de los iconos e  imágenes y la escucha de las canciones propuestas que previamente llevamos descargadas en los teléfonos, mp3, etc.

  

A eso de las 18:30 nos reunimos para hacer una puesta en común y evaluación del día. En ella coincidimos en lo intenso y productivo que nos había sido el día, la ayuda que había supuesto el material y la propuesta de trabajo, lo acogedor que nos resultó el monasterio y espacios como el oratorio, el entorno,… y la cálida acogida de las monjas. También comentamos algunas cosas a mejorar pero en general nos gustó el formato de retiro de día entero.

Por último, a las 19:30 participamos con ellas y junto con el grupo de La Salle, en la oración de vísperas en la iglesia del monasterio. Compartimos la oración cantada, su danza pausada y la oración de fieles y gracias.

Tras una afectuosa despedida la mayoría del grupo nos volvimos para Bilbao y Vitoria y dejamos allá a los religiosos que nos acompañaron desde la mañana y que optaron por quedarse a pasar la noche en la hospedería.

Ya estamos pensando en volver a retirarnos en otra ocasión, quizá dejarnos guiar en la oración por ellas para que nos muestren lo que creen que es lo fundamental en la oración: ir a lo más sencillo, a la propia vida, orar, contemplar, buscar el tiempo de SER.   Y mientras tanto…

Que la fuerza de Dios te mantenga firme,

que los ojos de Dios te miren,
que los oídos de Dios te oigan,
que la Palabra de Dios te hable,
que la mano de Dios te proteja,

y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
Dios te tenga y nos tenga a todos/as,
en la palma de Su Mano